MAICOLOMBIA

De las primeras cosas que me dijeron apenas llegué a Colombia fue “el único riesgo es que te quieras quedar”.
Puedo asegurarles que esta frase no puede ser más acertada.
Aún así, hace varias semanas que vengo dando vueltas, pensando en qué escribir sobre este increíble país y llegué a la conclusión de que lo mejor, es transmitir de la forma más fiel posible (cosa compleja de hacer por cierto), las experiencias que se pueden vivir allí y que efectivamente, hacen que corras el riesgo de querer quedarte o por lo menos volver unas cuantas veces a por más vivencias 
A continuación, resumiré lo que desde mi experiencia, hace que queramos regresar:

  • SIEMPRE HAY ALGO MEJOR PARA VER

Quizás no sea necesario entrar en demasiados detalles sobre todo lo que se puede hacer en Colombia, porque realmente no terminaría más. Estoy completamente fascinada por su tierra, su fauna, su gente, sus colores, su cultura, si historia y cada uno de sus rincones que increíblemente, es mejor que el otro.
Colombia no deja de sorprenderte jamás, ¿alguna vez le pasó decir, no puede haber nada mejor que esto?, bueno en este país esa pregunta puede ser recurrente para los de alma curiosa y exploradora, pero la respuesta es ¡SI! Puede haber algo mejor que lo que estás viendo y está allí cerca. Siempre volvemos con la sensación de que quedó algo pendiente y hay infinidad de paisajes y pueblos para explorar.

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  • SU AVASALLANTE ENERGÍA

Hay algo que tiene Colombia y es como que te atrapa, una energía especial que te deja sediento y con ganas de volver por más.
Estando en Colombia comprendí que se puede disfrutar, aprender, conectarse con la gente, la naturaleza, la cultura y con uno mismo, simplemente observando un paisaje tan alucinante como puede ser el Parque Tayrona, o el Valle de Cocora.

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La llegada a cada uno de esos lugares implica un desafío a nuestra constancia, perseverancia y resistencia. Por momentos el camino puede tornarse cansador, sin dudas, pero llegar al Valle del Cocora, con el viento en la cara y observar esa inmensidad natural, a nuestros pies, vale las 6 horas de trekking y mucho más que eso también.
La energía que uno siente en lugares como esos, es difícilmente descriptible con palabras, ¡hay que vivirlo!

  • EL CONTACTO CON LA NATURALEZA

Colombia es ideal para los amantes de la naturaleza, de andar descalzos, respirando aire completamente puro.
También para los que tengan ganas de adentrarse en un caluroso bosque tropical, sentir correr el agua en alguna cascada a lo lejos, deseoso de que llegue el momento de poner los pies en esas aguas tan puras como cristalinas. Debe ser de las experiencias más relajantes que he vivido.
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Hay varios lugares en los cuales uno puede sentarse al borde de una piedra, con los pies en el agua, dejar un poco los pensamientos de lado y preguntarse ¿se puede ser más feliz?

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Estar de viaje hace que nos amiguemos con lo que estamos viviendo, sin estar pensando demasiado en lo que vendrá. Los lugares que tienen mucha naturaleza son ideales para esto, porque no hay demasiados estímulos a nuestro alrededor y nos escuchamos cada vez más, así como también damos valor a la simplicidad de observar un río correr, con la mirada fija en él u observar una cadena montañosa a lo lejos y comprender la inmensidad y el poder de la naturaleza.

  • LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO, EL RITMO COLOMBIANO

Cuando viajamos, lo ideal es que no existan demasiados relojes que nos empujen a la rutina de siempre. Claro que depende de la zona, pero Colombia tiene un ritmo propio. Y después de varios días allí uno se mimetiza y se adentra en la vida cotidiana caribeña, siempre y cuando tenga ganas de intercambiar y animarse a más.
Quienes estamos acostumbrados a vivir en un vorágine, podemos llegar a comprender que la percepción del tiempo es relativa, pero que el mismo pasa. Entonces uno quiere aprovecharlo al máximo y una forma de hacer eso es poniendo el foco en las cosas simples.
No en sacar la mejor foto sino en presenciar realmente el paisaje, conectarse con él.

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Para eso es bueno adentrarse en lugares nuevos, conversar con lugareños que nos van a incitar a esa forma de tomar contacto con el lugar y dar espacio a esos pequeños instantes que son los que van a volver con nosotros además del equipaje. Sólo uno puede saber cómo se sintió después de atravesar una caverna completamente a oscuras, en Río Claro (cerca de Medellín), esas como tantas otras son sensaciones únicas que guardamos en nuestra retina para toda la vida y esos son los verdaderos recuerdos del viaje.

  • SU GENTE, DE LA MÁS CÁLIDA QUE HE CONOCIDO.

Los lugareños suelen ser gran parte del éxito de un viaje. En Colombia eso está garantizado. Cada uno a su modo te deja una gran imagen de este país, que ha sido estigmatizado durante tantos años.
Es muy notorio el empeño y el trabajo que han puesto para salir adelante y mostrarle a quienes van que tienen muchísimo para dar. Siempre dispuestos ayudar, a contarte sobre su historia, sobre lo que han vivido que realmente ha sido muy duro. Uno de los infaltables para poder ver reflejado esto que les menciono es visitar la Comuna 13 en Medellín. Un lugar que hoy en día es ícono de cultura, arte, crecimiento y progreso, cuando años atrás era de los lugares más peligrosos de la ciudad.

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Hoy por hoy, uno encuentra a los niños que se acercan a hablarle, bandas de adolescentes mostrándote su música, y varios lugareños dispuestos a enseñarse sobre su historia, los cambios que han vivido etc.
También hay infinidad de murales increíbles por varias de sus paredes. Sin dudas un lugar para adentrarse, recorrer y dejarse llevar.

  • COLOMBIA, PURO COLOR.

No por nada está entre los países más felices del mundo. Eso se transmite constantemente, se siente en el aire, en la gente, en su forma de hablar y en cada lugar que uno visite. Para ver los colores en su máxima expresión, basta visitar Cartagena o algún pueblo típico antioqueño, como Salento o Guatapé.
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Callecitas de adoquines, balcones infinitos cargados de flores y zócalos decorados por doquier. Y hasta la naturaleza parece haber jugado a favor de este país, ofreciéndole sus mejores tonos, mar turquesa, arenas blancas y la vegetación más verde y frondosa que vi en mi vida.

Es una tarea imposible describir a Colombia en pocas páginas, sólo puedo decirles que hay que estar al menos una vez.
Es un país bellísimo por donde se lo mire y podría seguir horas recordando cada una de las sensaciones que tuve cuando lo visité. Pero me las guardo, para que también cada uno de ustedes tenga las propias, porque Colombia es un país para vivir con los 5 sentidos al máximo, y sí… ¡el único riesgo es quererse quedar! ¿Tienen alguna duda?  ¡Los invitamos a viajar en grupo a Colombia con nosotros en Diciembre!